Yo no sé que pienso, cuando siento lo que hago.
Entre la realidad y la sugerencia, hay un lugar minúsculo.
En donde lo real se sugiere, dando nuevos motivos.
Estos por su lado, invaden turbulento la cuerda corpórea.
Y esta suena bailable, mejorando los días.
De pinceladas enérgicas, se construye el futuro.
Tan distante es este, que se vuelve inhóspito.
Pero a mí no me preocupa,todo está por verse.
Más allá de ello, no todo está dado.
Y eso es algo que me inquieta, en el pensar y hacer.
¿Como sugerir realidades acordes, en tiempos de discordia?
Para ello solo vale sentirse libre, y no escatimar exposición.
Eso supongo es lo más valorable, he visto caras alegres.
Cuando los valores salen, inconfundible picardía.
Gestos aparecen prominentes, y todo cambia.
En días de frescura espontánea, la sugerencia da la cara.
Y el viento fresco de los colores, la maquillan inconfundible.
Mostrando el calor de la naturaleza.
Por Juan Bertín.