La Universidad de Mauricio

Cada 24 es un golpe a la respiración, los fantasmas aparecen y nuestros
monstruos vuelven a visitarnos, entonces recurrimos a las brujas que
siempre acuden a darnos fuerzas, a decirnos que nuestrxs compañerxs
esperan que sigamos, que los mandatos se cumplen, que a fuego están
grabados no solo en la memoria sino en lo más profundo de nuestros
valores.
Luis María Früm –compañero docente fusilado en el 76- vaticinó desde la
portada del libro “Juan el preguntón” y dijo a modo de profesor no
convencional “Que en los próximos años ponga la misma fuerza en las
causas grandes como ahora lo hace en las pequeñas”
Esta revelación horadó profundo, si bien éramos jóvenes profesionales, en
el aula estábamos ávidas de preguntas.
Desde esta vivencia, como cada año, vuelvo a la Universidad y me
pregunto -no puedo dejar de hacerlo- si efectivamente nos involucramos
en las grandes causas Los procesos son lentos van y vienen mientras las
ansiedades nos corroen por dentro
Creo que esta vez conmemorando el 24, una luz me pareció ver desde esa
crónica anunciada Dos jóvenes tomaron la palabra y hablaron en esta
fecha maldita. La muchacha tenia pintada en la boca una mano roja que
intentaba amordazarla, pero la fuerza de sus palabras y todo su cuerpo
hablaban de autonomía
Lo hicieron con sus propios sentires y cayó de pronto esa cortina solemne
que cubría loa actos en la explanada y que nada tenía que ver con
Mauricio ni con Luis María pero que la academia insistía en organizar cada
24
El coro universitario hizo lo suyo a modo de cierre, pero las emociones las
aventaron los jóvenes estudiantes que con pasión y convicción leyeron sus
palabras
Mientras… me seguiré preguntado si nos hemos aproximado a quienes
dieron sus vidas por esta patria tan avergonzada en estos momentos
No dejaremos de hacerlo, seguiremos ese camino que cada vez que
sentimos que nos acercamos se aleja nuevamente de nuestros deseos

¿Que hicimos con lo que nos legaron? Esta es la pregunta en este nuevo
24.

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