Parte II: Historiando
Eran tiempos donde maduraban los sucesos de las décadas del 60 y 70 ricos en acontecimientos políticos y sociales, como el movimiento hippie, el boom de los Beatles, la guerra de Vietnam y la presencia de líderes pacifistas entre otros.
En Latinoamérica los idearios revolucionarios posteriores al 59 eran parte de los sueños cotidianos de las jóvenes generaciones que luchaban por cambiar el mundo y veían a las generaciones que las precedían como continuadoras de estos ideales, focalizando sus objetivos en la promoción de políticas poblacionales. Estas ideas de la izquierda entraron en tensión con las políticas restrictivas que aplicaban los estados, con las recomendaciones de la Iglesia [encíclica Humanae Vitae] y con las disposiciones de los organismos internacionales, que para ofrecer ayuda económica ponían como condición que disminuyera la tasa de natalidad en Latinoamérica. Poco o nada se tuvo en cuenta las demandas de las mujeres, que en los 70 las primeras feministas reclamaban y menos aún la situación de las mujeres pobres. En este contexto nacional la Planificación Familiar vino a dirimir un conflicto de intereses. Por un lado estaba la preocupación genuina de los médicos con relación a los abortos clandestinos, los embarazos adolescentes y las muertes maternas, lo que llevo a la creación de Centros de Planificación Familiar en diferentes centros de salud. Esta preocupación entró en contradicción con las prohibiciones de la iglesia lo que llevó a los médicos a focalizar el asesoramiento en las familias en lugar de las mujeres, para evitar que las prohibiciones por el uso de anticonceptivos en las clases medias urbanas, recayera sobre las mujeres, impidiéndoles planificar la regulación de los embarazos de acuerdo a la decisión de cada familia.
La Planificación Familiar, tuvo su correlato en países europeos y en EEUU donde desde décadas anteriores Margaret Sanger una activista que venía de una familia irlandesa de once hijos, había asumido la causa de informar a las mujeres acerca de los métodos anticonceptivos, de manera de mejorar su calidad de vida. Estas acciones consideradas ilegales la llevaron a tener dificultades y a que cerraran la institución fundada por ella. Varias décadas después la planificación familiar dejo de ser ilegal, los criterios que ayudaron a modificar esta situación se fundaron en investigaciones estadísticas que sostenían que la planificación familiar no incidía en el atraso del desarrollo económico de los pueblos sino que este era un fenómeno multicausal. Así la Planificación Familiar, se extendió por todo el país conjuntamente con la lucha por los derechos reproductivos y el aborto seguro. En el mundo estas causas marcharon paralelamente desde las primeras décadas del siglo veinte con resultados diversos. En la Argentina la demanda por el aborto legal seguro y gratuito continua vigente y sigue siendo una deuda con la democracia y con las mujeres. La Planificación Familiar como política de salud sexual fue la antesala de la Educación Sexual transformándose en derecho humano después de la segunda guerra mundial, recordemos que la procreación estuvo colocada en las esferas de los asuntos de Dios y la visualización del óvulo recién se descubrió a mediados del siglo XIX develando el misterio de la concepción del ser humano dando lugar al conocimiento científico.
En nuestro país pasó mucho tiempo para que fuera considerado derecho humano y más aún que se cumpliera y comprendiera que los DDHH son también de derechos de las humanas. Desde esta historiografía nos preguntamos ¿Qué es la Planificación Familiar? ¿Es parte de la Educación Sexual? ¿La Educación Sexual es una formación social? política? ¿Es tributaria de la educación general?
Continuará…
Por Marta Fourcade
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