Más de una vez me pregunté, de diferentes maneras, por qué una una pintura bien ejecutada podía hablar.
Una de las respuestas que encontré, fue la lírica. Esta es la posibilidad de expresar el pensamiento y las emociones, y para desarrollarla, he fijado la atención en la naturaleza de las cosas por un lado, como también de cómo expresar esos pensamientos emocionados a través de gestos concretos.
Entonces tuve que poner en movimiento las emociones, argumentos, el simbolismo y todo esto realizado con una técnica que literalmente es bio mecánica.
Dicho esto, encontré en algunas lecturas que si el pintor pretende que su obra hable, debe actuar y por tal motivo es primordial que se desempeñe como un actor.
Esto le permitirá al diciente, darle valor actoral a todos aquellos personajes que disponga en el espacio de su comentario.
Para tales efectos, pienso que una pintura debe ser una ilustración, esta por su parte, es la manera gráfica de expresar una idea abstracta emocional, en una imagen.
En este marco de amplias posibilidades, los pilares de la narración en pintura deben ser debidamente atendidos ya que con ellos diremos algo.
La visualización nos introduce en el proceso de construir una imagen concreta partiendo de una abstracta. En este camino mental, hay que descubrir los personajes, el escenario, los trajes que tendrán puestos y qué papel cumplirán los diferentes actores en la historia.
La dramatización por su parte, nos permite contar la historia con contrastes, o sea con drama, pero esta posibilidad hay que descubrirla en las cosas. Las poses los gestos y expresiones, son elementos tímbricos que refuerzan la dramatización.
Es necesario que el pintor gesticule, cual posiblemente deben hacerlo los diferentes actores que disponga en la escena.
Un gesto sin emoción determina una acción pasiva, provocando una reacción igual.
La caracterización, bien ejecutada, realiza el reparto de los papeles actorales en la historia, hay que descubrir materia prima natural para trabajar, si se lo hace con elementos naturales, nuestra historia resultará más convincente.
Embellecer significa quizás, apelar a la vida real; es el momento de plasmar nuestra concepción visual abstracta a través de la forma, los efectos de la luz y la sombra.
Si se quiere dar al trabajo calidad de existencia, este debe ser llevado a un plano de veracidad.
Por Juan Bertín.