Salud y masculinidades: Apuntes para iniciar un debate

Introducción

En marzo del año 2020, mediante el Decreto 297/20 se declara el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) producto de la Pandemia Mundial por Coronavirus (Covid 19). Esta medida obligaba a realizar una cuarentena estricta con el objetivo de impedir la circulación y transmisión con la finalidad de preparar y adecuar al sistema sanitario para atender lo que se había definido como la Primera Ola de contagios.

En ese contexto, comienza a circular información sobre la afectación del virus en distintos países y poblaciones. Uno de los temas que aparece y llama la atención de la opinión pública fue el de ¿Cómo afectaba el virus según el sexo de las personas contagiadas?

Este artículo intentará recorrer algunos temas relacionados con la pandemia, la relación de la salud con el género de las personas afectadas y otras condiciones que se presentan de manera diferente entre varones, mujeres y disidencias.

Desarrollo

En mayo del año pasado, algunos medios de comunicación publicaban datos como los siguientes: En contagios las estadísticas dicen que un 51% son varones y 49% son mujeres. (Forbes Argentina 2020).

En estos momentos, el 73% de los muertos por coronavirus en Argentina son hombres. El promedio de edad de los fallecidos es similar para ambos géneros: 69 años. La mayoría de las víctimas son mayores de 60. Entre los 60 y 69 años, el 33%; entre 70 y 79 años, el 25%; el 22% de las víctimas son mayores de 80 años. El 19% son menores de 50 y la víctima más joven tenía 40 años. Los datos surgen de los reportes diarios del Ministerio de Salud hasta el 13 de abril.

Es decir que en contagios las cifras eran parecidas pero si mirábamos los fallecimientos nos encontrábamos con que morían tres varones cada una mujer.

Algunas de las interpretaciones que se encuentran al respecto, sostienen que las condiciones biológicas posibilitarían que los varones sean más proclives a contraer el virus, otras darían cuenta de la existencia de enfermedades prevalentes y otras consideran que los factores socio- culturales tienen especial implicancia.

Observamos, entonces, que probablemente existe una compleja combinación entre factores biológicos, estilo de vida y comportamientos que dan lugar a esta tendencia tan diferenciada entre géneros.

Informes preliminares de personas con cuadros graves de COVID-19 encontraron asociación con enfermedades preexistentes que incluyen hipertensión, enfermedad cardiovascular y algunas enfermedades pulmonares crónicas. Estas patologías son más prevalentes entre varones y pueden explicarse por una mayor propensión a comportamientos riesgosos en todo el mundo.

Según la publicación de Benno De Keijzer del año 2019 la Expectativa de Vida al Nacer de los varones es 4,4 años menos que las de las mujeres. En algunos países de Latinoamérica llega a 5,8 años. En el caso de las disidencias sexuales se sabe que esta expectativa se reduce a los 35 a 40 años cuando en personas cis géneros asciende a los 75 años en promedio.

“Las principales causas de muerte muestran prevalencias muy similares en ambos sexos (enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], infecciones respiratorias de las vías inferiores, diabetes, cardiopatías isquémicas y cáncer de pulmón). Sin embargo, algunas de ellas muestran un mayor diferencial y además se vinculan al ejercicio de la masculinidad  y a sus consecuencias. Son la violencia interpersonal (con una razón en la mortalidad de siete hombres por cada mujer), los traumatismos debidos al tránsito y los suicidios (las muertes de hombres triplican a las de mujeres) y más del doble de muertes masculinas como consecuencia del VIH/sida, el consumo de drogas y la cirrosis hepática.

Los hombres mueren principalmente como consecuencia de enfermedades no transmisibles. Dichas muertes ocurren mayoritariamente entre los 15 y los 49 años. Incluso ha habido un aumento de la mortalidad debida a enfermedades específicamente masculinas como el cáncer de próstata y el testicular. Una alta proporción de ellas ocurre después de años de exposición a diversas situaciones de riesgo”. (De Keijzer, 2019).

Conclusiones

Por todo lo mencionado podemos concluir que existe un modo de socialización y aprendizaje de comportamientos diferente para mujeres y varones. Que a los varones se los educa bajo otros valores y principios como el riesgo, el aguante y la no demostración de las debilidades. Que los varones son enseñados a desarrollar actividades y comportamientos ligados al trabajo fuera del hogar, a realizar deportes y actividades físicas de riesgo y a no pensar en el cuidado de su salud y su cuerpo de forma preventiva. El cuidado de la salud y de las otras personas lo suelen realizar las mujeres y personas transfeminizadas.

El sistema de salud está preparado para atender a los hombres cuando ya se ha manifestado el síntoma y son muy pocos los que se hacen controles periódicos para prevenir enfermedades.

Otras estadísticas que acompañan estas conclusiones muestran que los varones se suicidan 3 veces más que las mujeres, mueren o tienen lesiones graves en accidentes de tránsito o en episodios de violencia mucho más frecuentemente que las mujeres y tienen menos responsabilidad en los cuidados de la salud sexual. (DEIS, 2018)

Todo esto quiere decir que es necesario pensar acciones para resolver estas consecuencias antes que se produzcan y una de las herramientas más potentes es la Educación Sexual Integral.

Bibliografía

Por Esp. Ariel Sanabria.

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