A diez años del Premio Mauricio López entregado a Susana Trimarco, la mamá de Marita Verón, nuestra joven capturada por la trata, nuestra colectiva feminista Ningunas Santas vuelve a proponer a otra mujer, a la Dra. Dora Barrancos, al premio Mauricio López instaurado para las personas u organizaciones que dan cuenta de un itinerario en defensa de los DDHH.
Dora y Susana desde dos espacios y puntos de partida diferentes han generado un marco civilizatorio desde el cual han desarrollado sus vidas dedicadas al otro.
Antes de mencionar los fundamentos para la postulación de Dora Barrancos deseamos hacer un correlato de sus vidas, porque ambas han intervenido haciendo posibles horizontes más humanos.
El trabajo territorial de Susana nacido con y en la calle lleva a una militancia que produce un corpus que la academia debe valorar para crear nuevas explicaciones que lleven a erradicar la dominación de las personas. Nada podría la academia sin el trabajo de mujeres luchando por la libertad de las infancias y adolescencias sometidas por la trata.
En tanto el recorrido de Dora además de su trabajo territorial ella puede analizar y producir conceptualizaciones y explicaciones que fortalecen una praxis transformadora.
Con esto queremos destacar el entrecruzamiento de ciencia y empírea como uno de los fines de las universidades
Hoy reivindicamos a la feminista Dora Barrancos y la postulamos más all de sus atributos personales, porque ella ha optado en su vida por una concepción del mundo que la lleva construir un paradigma que reúne los feminismos la ciencia y la política tres ejes imprescindibles para la transformación social.
Estamos aquí para celebrar que la UNSL haya decidido premiar los aportes de la Dra. Dora Barrancos no sólo a la universidad, sino a la sociedad toda y específicamente a la vida de las mujeres.
Nuestra compañera Dora ha tenido una trayectoria disruptiva entre quienes transitan la academia: no sólo se destaca en cuanto a su carrera docente e investigadora, es de las escasas figuras que ha logrado conjugar excelencia y popularidad, en el sentido de hacer divulgación científica y cuando se hace divulgación en temas relacionados al feminismo y los estudios de género, esos aportes son decididamente transformadores.
Cuando el feminismo no era sinónimo aún de la marea verde, ni del Ni una menos, Dora era la fuente excluyente allí donde fuera necesario un aporte que desnaturalice las desigualdades y el sentido común patriarcal y machista.
Allá en los ’90 donde el femicida Barreda era victimizado por los medios masivos de comunicación, su voz tan reconocible, moderada y cadenciosa ponía las cosas en su lugar.
Una adelantada, una referente que ha aportado a la consolidación del campo de los estudios de género en la Argentina y en la región, y actualmente, ha osado bajar de la torre de marfil en que a veces se constituye la academia y ha apostado a poner los pies en el barro y comprometerse en un proyecto nacional y popular, a la vez que hacer aportes para que este proyecto se nutra y se forme en temas de género. Dora querida, te abrazamos y te agradecemos, en nombre de las generaciones en las que tu trabajo impacta!