Si bien en 1887 hubo una huelga de servicio doméstico, en Buenos Aires por parte de trabajadoras, que luchaban contra la implementación de lo que llamaban “libreta de conchabo” (solicitaban que se las llamara “trabajadoras de casas particulares” (https://www.laizquierdaadiario.com).
Corría el año 1929. Para esta época los conflictos obreros conmovian al mundo.
Las manifestaciones eran multitudinarias y capitalizadas por el movimiento comunista, socialista, anarquista. Con líderes carismáticos de una formación intelectual muy fuerte y trayectoria de lucha que los avalaba. Todo en el marco de la gran crisis económica mundial y la agitación del poderoso movimiento obrero y estudiantil.
La lucha antiimperialista estaba en apogeo y la conciencia de clase era la impronta del momento.
La cuestión del servicio doméstico ya había sido tratada en EEUU, y legislado en países europeos y de América Latina. En nuestro país comenzaba ese proceso.
Esta huelga estalló en Bell Ville, pequeña ciudad del interior de la provincia de Córdoba, de unos 15.000 habitantes en ese momento. La situación social era grave y la clase social hegemónica conservadora. Estas familias tenían – a sueldos de hambre- varias “sirvientas” como se las llamaba, explotadas y sin derechos.
En agosto estalló la huelga. Entre las reivindicaciones pedían: sueldo mínimo de $ 60 por mes, habitación amueblada, 10 hs de trabajo por día, descanso semanal y mejor trato.
Según el trabajo de Vera de Flachs, una lavandera había retirado ropa para lavar de la casa de un importante personaje. Fue atajada por las huelguistas y la ropa sucia exhibida en una vidriera de la calle principal.
Fueron detenidas. Sus compañeras siguieron en las calles.
Según testigos las manifestaciones llenaban varias cuadras. Lorenzo Luna – tipógrafo que trabajaba en la Librería Dauria – encabezaba la columna. Recuerdan que los manifestantes enarbolaban banderas rojas y cantaban “ La Internacional “.
Un volante difundido por la Federación Obrera Comarcal de Bell Ville hacía un llamamiento “Al pueblo obrero de Bell Ville. La reacción policial y los abusos” denunciando la represión y llamando a la huelga general, con consignas tales como: ¡Viva la próxima Huelga General ¡Viva el Sindicato Femenino de Servicio Doméstico!¡ Vivan las compañeras detenidas!¡Viva la Federación obrera Comarcal!/ ¡Vivan los pobres de Bell Ville!
Entre sus dirigentes se destacaron Luis Bié, Cayetano Picardi, Lorenzo Luna y Marta Tibes- como secretaria del sindicato femenino de servicio doméstico. A algunos llegué a conocer.
Entre los entrevistados figura mi padre: Aldo Santiago Lacreu. Abogado laboralista.
Las huelguistas de aquellas luchas memorables- olvidadas por la historia oficial – fueron: Crescencia González de Barrionuevo, María Oliva, Inés Roldán de Soria y Lorenza García, Petrona Rojas de Noriega. Heroicas y dignas mujeres a las que hay que nombrar una y otra vez hasta que sean reconocidas como
hacedoras de esa historia. Nuestra ciudad les debe un homenaje. Rastrear sus historias de vida, sus rostros sus sueños, para recuperar sus voces tan indignamente silenciadas.
Como alguna vez dijo Rodolfo Walsh ”Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas”
Unas 35 familias firmaron el pliego de condiciones y que la situación del sector mejoró – aunque no en todos los casos.
Bibliografía:
- Trabajo de Vera de Flachs;
- Cámara de Senadores de la Pcia de Cba, año 1929.
- La Voz del Interior: 10 de enero de 1929;
- Volantes llamando a la Huelga General de la Federación obrera Comarcal.
Silvia Lacreu.