Por muchos años cubrí dos espacios curriculares: Historia Argentina Contemporánea y Espacio Curricular Flexible (ECF) al que llamábamos Seminario, en los que trabajaba con los chicxs del último año del ciclo Humanístico (5C2). Las producciones de cada fin de año daban cuenta de importante producción de conocimiento.
En el mismo sentido se realizaron los Árboles de la Memoria. Uno del año 2006, y otro del 2008. Ambos recuperan momentos de la vida de la institución: lucha por el boleto escolar, revistas del centro de estudiantes, poesías, encuentros culturales, talleres, y la visita de personas comprometidas con la lucha por un proyecto de país en el que se respeten los derechos humanos.
Entre los compañerxs que aportaron a esta construcción: Graciela Legarri, Daniel Formini, Alejandra Quinteros, Teresita Montiveros, Marina Maurín, Selva Arabel, Sandra Bosso, Chicha Segovia, Liliana Fernández. Marta Fourcade, Carmen Basualto desde el Departamento interdisciplinario de apoyo escolar (DIAE).
Pasaron los años y –producto de las luchas por los derechos de los trabajadores de la educación que se inició desde un espacio llamado RED– asumió Alejandra Quinteros. Fue la 1° Rectora electa por el voto de sus compañeros en el año 2016. Durante su gestión se repusieron los Árboles de la memoria y una pintura de la Noche de los Lápices. También el trabajo de la ex alumna de la escuela Zaida Darwich, egresada en 1996. Se repuso uno de sus trabajos en el año 2018
Sería más que saludable que las autoridades crearan un espacio para recuperar sentidos, recuerdos, memorias tejidas con amor y militancia desde el aula. Un espacio abierto, en construcción, para que los que quieran aportar lo puedan hacer desde múltiples miradas. Todo lo que esté relacionado con el conocimiento, con la belleza y la palabra, la música y la poesía. Las transformaciones pedagógicas que requerirán los tiempos post pandémicos hará imprescindible que se escuche a los jóvenes y se les dé el lugar de sujetos políticos con los derechos que tienen y que la mayoría de las veces no ejercen. Que sienten impotencia frente a demandas de docentes aferrados a viejos paradigmas.
Ya estamos en el siglo XXI. Si la escuela estaba desactualizada, ahora es imposible que siga prolongando la agonía. Así lo plantea, entre otrxs, Francesco Tonucci, pedagogo italiano.
Sería buena la iniciativa de re-crear un espacio para seguir trabajando la memoria, los derechos humanos en la Escuela dependiente de la UNSL tan empobrecida y banalizada.
Para que todas esas historias no caigan en el olvido – al decir de Heródoto de Halicarnaso, ni en mentiras -fake news- como decimos ahora.
Por Silvia Lacreu.