La filosofía, a lo largo de la historia, ha jugado roles importantes en el avance de la humanidad. Cuando me refiero a avance estoy hablando de un progreso en los ámbitos social, económico, político y científico. Sin embargo, no sólo nos ha brindado progreso material, sino que también la filosofía puede ser vista como una herramienta de liberación. Liberación de signos insidiosos que ejercen poder sobre nosotros, liberación de la normalidad opresora, del dogma, del eurocentrismo e incluso de la ciencia misma ¿Y por qué? Porque cuestiona, profundiza y siempre tiene esa manía rebelde de dudar de lo que no se debe.
Es indiscutible su papel crucial avivando el fuego de las revoluciones, dando vuelta paradigmas y transformando el conocimiento en propiedad social. Con respecto al último, hoy en día se cree que no hay nada de qué “filosofar” por lo tanto, ningún conocimiento se “comparte” tampoco. No obstante, desde mi punto de vista no es que no existan más debates posibles, sino que subestimamos nuestros debates actuales y pensamos que no tienen el mismo “valor” a los de siglos anteriores. Lo cierto es que vivimos en un mundo distinto en el cual surgen consecuentemente problemáticas diferentes y no por eso menos trascendentales o interesantes.
Otra cuestión a enmarcar es que, hoy por hoy, se concibe a la filosofía como una disciplina de “viejos”, “nerds”, etc. Sin embargo, en redes sociales (principalmente Twitter), es constante el planteamiento filosófico por parte de los adolescentes sobre diversos temas por ejemplo: qué es la masculinidad, el amor, la belleza, el género, etc. Debido a la dinámica del internet, éstas llegan a tener un alcance global en el cual una gran parte de la comunidad activa opina sobre el tema en cuestión. Entre ellos habrá gente que fundamentará en contra, otras a favor, a otros les surgirán más preguntas y así sucesivamente se genera un intercambio de ideas filosóficas que engloba miles y miles de personas.
En definitiva, hoy somos libres gracias a las ideas de lxs filosofxs de siglos anteriores, pero también somos más libres porque además de ser «filósofos» somos tuiteros.
Por Karime Chediack Ciminar.
- Este escrito fue realizado en el marco del Día de la Filosofía, por la estudiante Karime Chediak Ciminar de 6° Año B2, del Bachillerato en Ciencias Exactas y Naturales, de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (ENJPP), que forma parte de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).